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"Undiano se rió en la cara del Valencia y el valencianismo"

Josep Bosch, Alberto Santamaría, Josep Lizondo, Manolo Montalt, Jesús Bernal y José María Peris analizan el partido ante el Barça

23/10/2016 - 

VALENCIA. El Valencia CF sumó una nueva derrota a manos del FC Barcelona en Mestalla en un encuentro que estuvo marcado por los errores arbitrales de Undiano Mallenco.

Los colaboradores de Plaza Deportiva analizan el duelo en Mestalla ante el FC Barcelona.

JESÚS BERNAL

Decía Don Alfredo Di Stéfano, jugamos como nunca y perdimos como siempre. Pero este Valencia es otro. Ha sido el partido de la reconciliación e identificación del equipo. Un Valencia rocoso, aguerrido, muy intenso y sólido. Sólo el polémico arbitraje de Undiano y su nefasta actuación le privó del premio que merecía con ese fatídico final. El Valencia se ha gustado en este partido y en la segunda parte aniquiló las virtudes del Barcelona. Se nota ya la mano sabia de Prandelli. Se nota la mano de un entrenador. Hay 3 a 4 conceptos que ya van cogiendo. Planteó muy bien el partido y sabía lo que tenía que hacer. Colocar a Parejo con libertad en la banda derecha para hacer daño a Digne fue una muestra. El equipo ha salido reforzado en cuanto al nivel de juego demostrado. Brillante y competitivo. Me quedo con el aplausovde Mestalla a su equipo por haber luchado y por haber peleado. Ahora quiero verle así el domingo en Riazor.

JOSEP BOSCH
Gran partit de futbol dels que fan afició jugat de poder a poder entre dos grans equips. Entre un equip fet a base de talonari i un altre que està en procés de reconstrucció.

El partit s'ha decidit per detalls: els dos clamorosos errors de Parejo de cara a porta de la primera part, la lesió de Gayà que ha trastocat els plans de l'entrenador, les contres mal finalitzades pel València en el tram final del matx i sobre tot una nefasta tasca arbitral amb un gol del Barça en claríssim fora de joc, una segona targeta groga a Busquets no sancionada, la permissivitat amb l'entrenador visitant capaç de protestar sense ser amonestat ni tan sols verbalment, un penal no assenyalat a Rodrigo i per finalitzar la valentia per xiular un altre en l'últim segon del partit, això si, en contra del València. Estos arbitratges també els vull per al meu equip.

ALBERTO SANTAMARÍA 

El Valencia perdió un partido pero ganó un equipo para mucho tiempo. Esta es la frase que me vino a la cabeza nada más ver cómo Diego Alves no volvía a redondear el que hubiera sido su enésimo milagro tras el penalti de Messi. Y eso que apunto estuvo de hacerlo. El conjunto blanquinegro compitió, por momentos fue superior al Barça y ni mucho menos mereció perder. Además, la mano de Prandelli continúa notándose siempre para bien. Las tres o cuatro conceptos que ha querido imponer a su plantilla están calando en la plantilla y a, poco que el equipo tenga continuidad, todavía va a dar guerra. Seguro. Y daría más si el Comité de Árbitros respetara algo, solo algo, a un club con casi 100 años de historia. Ayer Undiano se rió en la cara del Valencia y el valencianismo. Marcó el encuentro con tres decisiones erróneas que siempre perjudicaron al de casa. Siempre. Me da la sensación que se sintió culpable tras la lesión de Iniesta y quiso compensarlo cómo fuera. Ahh, y ya verán ustedes la campaña que desde ya se inicia contra Enzo. La acción del argentino fue fortuita, diga lo que diga un habitual prepotente Luis Enrique. Y por encima de todo. Andrés, recúperate pronto.

JOSEP LIZONDO 

Al partido le faltó que fuera de noche, le salieran vallas a Mestalla y lloviera un poquito levantando algo de barro para alcanzar la perfección. Pero al partido que vimos desde el minuto 41 de la primera parte. El que va antes es otra cosa, es un Valencia cobarde, acomplejado, sin personalidad, contemplativo, siendo zarandeado a gusto por un Barça que hizo lo que quiso y cuando quiso. Que nos dejó ver un Valencia incapaz de competir en encuentros de esta índole, fuera de onda. Pero en ese instante postrero algo hizo clic en la esquadra Prandelli y ya no hubo stop. Surgió la personalidad, surgieron las ansias de ganar, surgió la intensidad y todo lo que tiene que surgir para ganar un encuentro de estos, para competirlo sufriendo, para remontarlo, y para rozar la victoria en un momento dado. Puede que se perdiera un partido, pero tal vez se haya ganado un equipo. Y un futuro. Si don Cesare no para de repetir que le gusta que aquí se valore más el cómo juegas que el mero resultado, esta semana lo gozará. Si esta clase de duelos no se pueden ganar, por lo que sea, lo mínimo es vender cara tu piel, y no mostrar las vergüenzas que se vieron no hace mucho ante el Atlético. Por cierto, el penalti de Abdennour lo es, tanto como lo fue el que le hizo Mascherano a Mangala minutos antes y no fue pitado. El árbitro fue decisivo, el error siempre cayó hacia el mismo lado.

MANOLO MONTALT 

Me quede amb la millor sensació de les possibles tot i Undiano Mallenco: el València va perdre el partit però ha tornat. Només la parcial actuació d'Undiano Mallenco i la falta de encert a l'hora de triar les accions correctes pet Santi Mina en les contres finals han privat al Valéncia CF d'una merescuda victòria davant el FC Barcelona.

Un València ben plantat i molt d'ordre que ha vist com el partit es desnivellava en el moment en que Iniesta caía lesionat. En quan Undiano Mallenco ha vist el show de Luis Enrique en la banda no ha volgut complicacions. Un gol il.legal de Messi, perdonar la segona groga a Busquets i un clar penal sobre Rodrigo han decantat el partit. Futbolísticament, el València ha mostrat una imatge molt més sòlida i fiable que fa ser molt més optimistes de cara al futur.

Si la opció en el tram final de Nani i les contres de Mina hagueren tingut altre sentit, potser la festa haguera sigut completa.

JOSÉ MARÍA PERIS 
Con el fin de seguir con la semana fantástica de haters de servidor, voy con una afirmación que se dijo en el pasado: ha sido una derrota útil. 

Pero hubiera preferido, sin entrar en el forofismo, el empate en el marcador. Porque la victoria, injusta en cualquiera de los dos bandos, nos hubiera hecho lanzar las campanas al vuelo como cerriles lanzando botellas de agua. Sin ton ni son, sin medir y pasando del negro al blanco sin la escala de grises. 

Y este Valencia requiere de paciencia, de construcción y de no perder la perspectiva. De parar cuando toca, de decidir que no se juega y, de hacer lo contrario, jugar de contra afilada, el verdadero potencial oculto de este equipo. 

Conviene seguir paso a paso por el bien de los jugadores. 

Aunque nosotros nos marchemos decepcionados. 
Y punto. Del árbitro, paso. Respeto perdido como club. También toca recuperarlo.

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