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opinión

Parejo y el cambio de los tiempos

Reconocer el error. Y que Parejo diga bien alto que sí, que se quería marchar porque se siente señalado. Y que no sabe porqué, vistos sus números. Y que él no tiene culpa de que Nuno le ofreciese renovar por un pastizal...

5/08/2016 - 

VALENCIA. Dani Parejo es uno de esos jugadores a los que la tristeza parece que le acompañe de por vida. Con esos párpados caídos y esa manera de andar, que diría la canción, el bueno de Dani es de esos que no dejan indiferente a nadie.

Vive Parejo un linchamiento público que luego entraremos a valorar sí es justo o no, sin evangelizar a nadie, por supuesto. El dedo divino de Espirito Santo, unido a alguna postura de fuerza lanzada al club en los desplazamientos, con su particular escuadrón suicida a los flancos, lo erigió, en cierta manera, como referente del vestuario. La falta precisamente de eso, de referentes arraigados, y una renovación sucoseta por obra de Nuno y gracia de Lim, lo elevó a los más altos niveles de jornal. Y el jornalero de verdad, el que sufre más que disfruta en la grada, solo pide sudor. Sudor generado por correr, principalmente. Que en esta grada somos más de músculo rápido que de talento rápido. Recuerden al Kily, con su esprints a destiempo cara a tribuna, chocando contra la valla, arrancando la sonora ovación, en pie y puro en boca. Pero si no ven el sudor, -analogía del compromiso y el dejarse el befe como en las pachangas barrigudas de los miércoles noche- música de viento y letra escarlata.

Pero es que Parejo no cae bien. Así, de primeras. Esperen. No lancen los cuchillos todavía. Sigan leyendo. Es bueno, depende a quien le preguntes. No es bonito y no levanta pasiones, por lo que la bula por ese lado queda corta. Tampoco es barato, vista la renovación y el salario. Bula más corta aún. Nunca conectó con la grada, a pesar de ser el heredero actual de Fernando y Arroyo, leyendas lentas de movimientos pero rápidas de cabeza. Y es que a Parejo se le trata como a un dels nostres. Como si fuese producto de Paterna. A pesar de los tuits de su hermana. Exigiéndole el máximo. Que me parece bien y es lo que toca, pero esa vara de medir debe estar hecha con palo blanco de lo flexible que es. Así, a primer golpe de memoria, Ayala o Mendieta forzaron situaciones que se solucionaron de diferentes maneras. Y, en el caso de Ayala, tuvo pitos al principio convertidos en aplausos a poco que hizo algún corte o alguna acción de esas en las que se reencarnaba en Ricardo Arias. E incluso el propio Ayala, finalizando contrato y sin intención de renovar, jugaba en Mestalla como si nada. Porque nadie dudaba de su profesionalidad.

Profesionalidad. Este es otro punto en el que Parejo flaquea ante la opinión pública. Usted, que está en la playa o en el monte metiéndole zambomba al agosto, no entiende esta medida de fuerza lanzada por Dani. Tampoco entendió en su día la de Otamendi o Mathieu, pero le hicieron menos daño porque había pasta gansa de por medio. Ota solo estuvo una temporada y visto su historial, se veía venir la cosa y Jerémy fue un atraco a Zubi, habida cuenta de la necesidad que tenían en Can Barça de centrales zurdos. Total, para acabar poniendo al Jefecito. Aunque probablemente usted no lo sepa, su subconsciente valencianí le azuza diciendo que Parejo ha tocado techo en el Valencia y que debería estar agradecido por ser el segundo mejor pagado de la plantilla y haber llevado la cinta. Porque cuando llegó, era poco menos que un "nisu", excepción hecha de aquel bautismo mediático de Don Alfredo. Y que diablos se cree en querer ir al Sevilla, como un Alexis Ruano cualquiera. Y a precio de saldo. Con lo que cobra. Vamos, un ni contigo ni sin ti en toda regla.

Y luego está el tempo de Jotagepé. Suso, quiero creer que con olfato, ha desactivado la mesa de truc de Parejo. Sus amigos ya no están y, a falta de poder comprarle una moto nueva a Ayestarán, no le queda otra que hacerle una buena puesta a punto a la actual. Si este equipo quiere crear juego, en estos momentos, no queda otra que apostarlo todo al 10. La apuesta al 21 ya no nos vale porque ya no está. Lo sabe Suso y lo sabe Pako y la postura fuerte en el vestuario y en el despacho es la que se ha de tomar. Ni más ni menos. Y esto es un aviso a navegantes. De dentro y de fuera. Porque esto también es un problema heredado. Aquellos polvos trajeron estos lodos de la cantinela que el Valencia necesita vender a toda costa para ajustar el Fair Play Financiero. Problema, en su vertiente deportiva, que quizá pueda solucionar el superagente, si llama a Nuno y a Pinto da Costa y les ofrece por 25 kilos a Parejo. Aunque creo que eso al entrenador del Valencia no le gustaría.

En el Valencia, como en las canciones de Dylan y Loquillo, los tiempos están cambiando. Gracias a Suso y su claridad ante los medios. Y eso lo deberían saber en Bahía, agencia de Parejo, y reconducir la situación. Con un comunicado insípido. O una rueda de prensa. Con una disculpa a lo Juan Carlos de Borbón. Reconocer el error. Y que Parejo diga bien alto que sí, que se quería marchar porque se siente señalado. Y que no sabe porqué, vistos sus números. Y que él no tiene culpa de que Nuno le ofreciese renovar por un pastizal. Y que oigan, empezamos de cero, nos vamos a las peñas y a Dios pongo por testigo que nunca más volveré a pasar hambre. Sí no hace mucho a Barragán y Piatti poco menos que los sacaron a hombros de Mestalla. ¿Cómo no va a poder Parejo cambiar esto a poco que se esfuerce si su pierna izquierda tiene más calidad que aquellos dos juntos?

Si lo bueno de Mestalla es que, a veces, tiene memoria de pez y con cuatro carantoñas cualquier seductor de la pelota nos hace bajarnos la lencería.

Dani, somos facilones. Recuerda aquella falta contra el Athletic en Europa League. De ti depende, macho. 

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