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opinión pd / OPINIÓN

Paso al frente

18/02/2021 - 

VALÈNCIA. Buceando en las redes sociales me encontré con una de esas historias que emocionan. Por suerte, twitter no solo enseña la parte tétrica del ser humano sino que de vez en cuando te permite esbozar una sonrisa. Incluso también es capaz de hacer que se te humedezcan los ojos por personas a las que nunca antes habías visto. Justo lo que me ocurrió cuando topé con el vídeo de Andrea y Jose. Para los que todavía no lo hayáis visto, en él se muestra como la joven utiliza dos camisetas del Valencia CF –una con el nombre de Papá y otra con la palabra Bebé en la espalda- para anunciar a su pareja que van a ser padres. Precioso. La reacción de Jose os la podéis imaginar: de la incredulidad pasa a buscar con la mirada la confirmación de su mujer y tras encontrarla, aparece la emoción desbordada por la que, sin duda, habrá sido la noticia de sus vidas. 

Situaciones así, o como en su día hizo uno de mis mejores amigos -sus fotos post-boda tuvieron lugar en el estadio de Mestalla- sirven como ejemplo para calibrar lo imprescindible que resulta para ell@s el Valencia CF. Precisamente son estas personas, este tipo de aficionados por los que un club de fútbol adquiere su sentido. Unos lo llamarán exageración y para otros será simplemente pasión. Sea como sea lo que no puede permitirse desde la entidad, ni siquiera en épocas de vacas flacas, que este sentimiento disminuya. Y, por desgracia, creo que es lo que está ocurriendo. A mi entorno más cercano está empezando a no importarles demasiado su Valencia. Ya no organizan sus fines de semana para ver el fútbol. Ni siquiera estando semi confinados por la pandemia. Su equipo ha pasado a un segundo o tercer plano. Hasta han dejado de cabrearse por la imagen de Valdebebas o por la falta de actitud de Guedes en el entrenamiento que se ha hecho viral. Y esto sí es lo verdaderamente preocupante. 

Para acabar con esta crisis de resultados y recuperar en parte el cariño de los seguidores, la figura de aquellos que en su día fueron aficionados y hoy disfrutan de ser protagonistas en el verde será fundamental. Los que sienten el hierro desde pequeñitos tienen que volver a dar un paso hacia adelante. También aquellos que han demostrado sentirlo sin la necesidad de haber nacido aquí. En este aspecto, los cuatros capitanes van a tener mucho que decir. Y no hablo del spot de 'Junts anem Amunt', que todo suma, sino del hecho de conseguir arrastrar a los demás a tirar del carro como lo hacen ellos. Sin información, doy por sentado que la reunión entre ellos y Anil Murthy tuvo esta finalidad. Es el momento de dejar de lado cualquier cuenta pendiente para sumar cuanto antes los 42 puntos que eviten una hecatombe de consecuencias incalculables.

Los gestos, las reuniones, el aunar fuerzas son unos primeros pasos indispensables para empezar a caminar, pero pasado mañana toca demostrarlo sobre el césped. Lo sucedido el domingo frente al Real Madrid no puede volver a repetirse. Y además, el Celta aterrizará en El Cap i Casal sin dos de sus principales estiletes. Ni su estrella, Iago Aspas ni su jugador más en forma, Brais Méndez, estarán el sábado en Mestalla. Argumentos extra -si es que no hubiera ya bastantes- para dejar de ser conformistas. Para demostrar que la imagen del pasado domingo fue un accidente y que, más allá de si se gana o se pierde, el escudo de un club con más de cien años de historia merece un respeto. Solo hizo falta escuchar a Gayà al acabar el duelo frente a los de Zidane para demostrar que ellos mismos se habían dado cuenta de que en el Di Stéfano no había sido así. ¡Que no se repita!

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