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Promesas que no valen nada

Las mareas, las patillas blancas de pequeños accionistas y todo lo demás no me interesa. A pesar de ser intentos que suenen de forma genial. Un volver al pasado, un echar las culpas a unos que no están y jugar con ventaja. Los números, los milagros, las soluciones se dan en tiempo y forma, no a toro pasado. Hastía ya el 'quítate tú para ponerme yo' tan manido y sobado como los mangos de un futbolín. Sí tienen la fórmula mágica, pónganla al servicio del club, al servicio de los actuales gestores, sin condiciones. Sí no, mut

9/11/2016 - 

VALENCIA. Miren. Les cuento un secreto: no me aclaro nada con el tema de la junta de accionistas. Nada significa nada. Ni tan siquiera cuando el personal le pone el adjetivo de 'tróspida' porque, entre otras cosas, no sé lo que es. Me suena que viene de un reality donde un granjero busca esposa o una pija busca un príncipe. No sé. Pero la verdad es que, bebiendo de varias fuentes, lo único claro que tengo es que el personal está calentito con la gestión de Meriton.

Y cuando me refiero a personal, hablo de gente como usted y como yo. De los de a pie. De los que, cuando suben a la tarima a exponer sus miedos y lo hacen sin más interés que el de hacer hablar al corazón con la boca. Las mareas, las patillas blancas de pequeños accionistas y todo lo demás no me interesa. A pesar de ser intentos que suenen de forma genial. Un volver al pasado, un echar las culpas a unos que no están y jugar con ventaja. Los números, los milagros, las soluciones se dan en tiempo y forma, no a toro pasado. Hastía ya el 'quítate tú para ponerme yo' tan manido y sobado como los mangos de un futbolín. Sí tienen la fórmula mágica, pónganla al servicio del club, al servicio de los actuales gestores, sin condiciones. Sí no, mut. Aunque una cosa sí tengo clara. Sí la gestión económica se ha de basar en las ventas de jugadores y los departamentos correspondientes no solucionan temas como el patrocinador para la camiseta y la reanudación de las obras del Antic Nou Mestalla, nos da igual -es un decir- como vaya el aspecto deportivo. Promesas que se perderán en estas cuatro paredes. Porque Prandelli podrá hacer un equipo, pero será desmantelado en cualquier momento se abran las ventanas de fichajes. Y todas las ligeras mejoras que pueda hacer el italiano como lagrimas en la lluvia se irán.

Porque algo de mejora hay. Poca, pero hay. Energía nunca liberada. Con los mimbres existentes se consigue plantar cara, se plantea un juego en el que se intenta minimizar las debilidades y, a pesar del análisis del segundo gol, se mejora en defensa. No es para adjetivarlo, como dijo Parejo, de gran partido, pero tampoco sería un paseo en barca el centro del campo de Balaídos. Frivolizar sobre la guerra en la butaca al lado de la chimenea es fácil. El soldado sabe si las ha pasado canutas o no.

Yo sigo pensando que esto es una carrera de fondo en la que Prandelli sabe que es lo que quiere. Primero, ver lo que tiene. Segundo, de lo que tiene, que es lo que le vale. Y tercero, enseñar a la masa que es lo que hay y la realidad que nos ampara. Ni inventar ni mentir. En el pasado, Nuno acabó de cavarse su tumba al hacer pasar por el aro a Negredo después de unas declaraciones en las que el portugués no salía bien parado. Y eso encendió a la grada, postulándose en nunistas versus negredistas. La pelota no entraba, Negredo en la grada sonriendo diabólicamente al corear Mestalla su nombre y Valenciastán vistiendo el santo de Vallecas para desvestir al de Torrent. Ante esas, lo sensato y lo lógico de entrenador, es darle cinco partidos seguidos al delantero que se queja, para que demuestre de que pasta está hecho. Si de boniato o de cemento armado. Y el resultado refuerza al entrenador. Sí el delantero cuestionado, o cualquier posición en el campo, las enchufa y resulta decisivo, todos ganan. Sí no sucede nada, el mister tiene la coartada perfecta para, de cara a la galería, quitar vendas y en el despacho, exigir soluciones.

A día de hoy, Prandelli puede saber que tiene porteros de sobra, tres centrales buenos y uno regular y que ninguno puede jugar de lateral, un centro del campo con trabajo y calidad siempre que se libere a Parejo de otras cosas, bandas flojas y pólvora mojada. Pero para que todo eso sea motivo de análisis, hay que darle minutos a Rodrigo y que no meta las ocasiones. Y que con sus desmarques y su creación de espacios, para todos aquellos que dicen que se mueve bien, los de segunda línea no los aprovechen. Y ver que Fede es un medio nada con boleta a coger las maletas. Que Nani padece el mal del fado, llanto desgarrador de segundos y aburrimiento el resto. Y con los números en la mano, llamar a la puerta de director deportivo, exponer las cartas y que él, o quien mande de él, ofrezca soluciones.

Esa es la única solución que queda. Y nuevamente, el parón puede venir bien para no seguir viviendo así. Todo lo demás, promesas que no valen nada.

PD: Prandelli también tiene a Cancelo. Pero de Joao hablaremos la semana que viene.

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