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la folgatinha / OPINIÓN

Un partido de bigotes

6/10/2023 - 

VALÈNCIA. El alboroto que ha generado entre la clase política de la sociedad la reunión que mantuvieron el superconcejal del Partido Popular, José Marí Olano, y el campeón de Meriton Holdings, Germán 'Pum' Cabrera, a propósito del nuevo estadio del Valencia ha desviado el foco del partido que se jugará en el estadio de Son Moix este sábado. Un partido de bigotes.

Lo que ambos se dijeran y, especialmente, lo que prometiera Marí Olano marcará lo que suceda con el convenio que, finalmente, los populares le presenten a Meriton Holdings. Esa conversación es la clave porque hay mucho ruido y mucha confusión en las manifestaciones posteriores del propio superconcejal y en las de la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá. Encuentro contradicciones entre lo que dicen Marí Olano y Catalá. Porque Olano defiende, así lo manifestó en Onda Cero, que no hay ninguna ley "que exija o permita" a alguien que pide licencia de obra aportar avales por el total de la construcción. "Y como yo de leyes sé algo, pero no me lo sé todo, lo he consultado y me han dicho los que sí que lo saben que no hay ninguna", agrega. 

Dentro de esos que sí saben, supongo que podemos incluir a Cabrera, abogado de cabecera de Peter Lim, que le ha pedido "que le dejemos empezar las obras y que les permitamos adaptarse en la captación de esos recursos financieros a las posibilidades del mercado durante la evolución de la operación. Que no seamos absolutamente estrictos porque si no no van a tener los recursos necesarios para poder financiar la totalidad de la obra".

Flexibilidad para Meriton y ausencia de garantías más allá de los 80 millones del fondo de capital británico que llegó de la mano de LaLiga. ¡Estupendo, superconcejal! Ni rastro del espíritu del convenio anterior.

Pero, lo que ha dejado reiteradamente esta semana María José Catalá son frases como: "No estoy aquí para favorecer a Peter Lim. Conmigo no va a tener ninguna ventaja", "puedo comprometerme a que no vamos a dar ni una ventaja a Meriton, pero ni a Meriton ni a nadie", o "no condicionaremos el Nou Mestalla al Mundial, no rebajaremos las exigencias". ¿Me pasa a mí sólo o también deducís de las palabras del superconcejal que los populares van a ser flexibles y de las palabras de la alcaldesa que van a mantenerse firmes?

Más desconcierto genera la alusión a respetar el convenio que dejó preparado el último equipo de gobierno. Aquí, el discurso de ambos coincide aunque Olano es contradictorio. Catalá ha sido tajante. "No se va a mover ni una coma", dijo el miércoles. "El convenio existe, lo dejó hecho la anterior corporación y se tiene que cumplir en sus propios términos, como mucho reforzaríamos alguna cláusula, pero no la suavizaríamos. Estamos revisando por si incorporamos alguna cláusula más garantista, nunca menos, para que se cumplan los compromisos con la ciudad", garantizó el jueves.

Es decir, ¿cómo encaja con el convenio anterior no pedir garantías económicas más allá de los 80 millones de CVC? ¿Por qué Olano defiende que esto es inviable con la ley en la mano, mientras Catalá dice que van a reforzar el acuerdo con más garantías? ¿Se precipitó Olano a pactar con Cabrera y puso en un brete a Catalá? ¿Está empezando a retirar cable el PP?

Supongo que los dos van por el mismo camino, que Marí Olano no se ha pasado de frenada en un asunto tan sensible y que, en todo caso, la palabra de la alcaldesa desautoriza a Marí Olano y cualquier alianza que haya cerrado con Cabrera. Pero esto provoca desconcierto, ruido y más circo, precisamente algo de lo que quiere huir Catalá, o eso dijo al ratito de ser investida como primera edil del Ayuntamiento de Valencia. 

Si hay otra explicación, que la habrá, seguro, agradecería que la diesen porque son dos personas inteligentes de un mismo partido hablando con incoherencia de un asunto capital para la ciudad.

Lo del Mundial... En fin. Un disparate. Un campeonato multisede que se juega en tres continentes, con vuelos transoceánicos para las selecciones que les toque el premio de enfrentar a Uruguay, Argentina y Paraguay y partidos que se disputarán en invierno en el hemisferio sur y en verano en el hemisferio norte del globo. Al menos, el piquito de Rubiales no ha salido más caro y hemos cantado bingo. Por cierto, un abrazo a Pablo García Cuervo, un excelente profesional que ha caído víctima del tsunami que se originó en Sidney.

Pero seguro que ahora os estáis preguntando porqué he titulado Un partido de bigotes. Voy. Me llama la atención que se enfrente el mostacho de Abdon Prats con los de André Almeida y Diego López. El del Dimoni d'Artà, punta del Real Mallorca, es como el que llevaba cualquier lugarteniente de Pancho Villa o un bigote ochentero, mientras que los valencianistas parecen dos mosqueteros. ¿Quién saldra afeitado de Son Moix?

El del sábado es un partido de bigotes porque el equipo del murciélago lleva una rachita peligrosa de cuatro puntos sobre doce posibles tras el último parón y diez sobre veinticuatro en el total del campeonato. Y la liga se detiene de nuevo después de este finde porque registra otra jornada internacional. Y una derrota, pese a que la atención esté centrada en el caos del nuevo estadio y en la arena política, fijaría la vista en el equipo, generaría más guirigay y desestabilizaría al equipo a las puertas de una semana y media sin competición. Por eso es un partido de bigotes.

¿Vinicius? Ya se lo cantó Mestalla. Un tonto. Y un prepotente. Y un provocador. Un niño consentido, sobreprotegido por la Central Lechera. 

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